Un Santo deseo
Las críticas siguen amontonadas en Caballito y José María Bianco, intentando sostener el ciclo, cambió el esquema y movió nombres. Ganar, el único antídoto.
Quizás sea un momento que podría destinarse a largas reflexiones de diván. Aunque sea un rato de conversaciones serias y concretas para analizar este presente. Las épocas mutaron por completo pero continúan sacudiendo como en tiempos anteriores. Complicaciones que José María Bianco tapa en horas y vuelven a descubrirse de inmediato aislando las soluciones. A la falta de resultados, los bajos rendimientos juegan otro papel protagónico alimentando la ola de incertidumbre. Pican cerca, aunque en off, el desenfado interno mientras el itinerario extiende la marcha.
La guía utilizada, lejos de la modernidad del GPS, iluminó un sendero ríspido lleno de altibajos. Y de ese ítem parten las constantes modificaciones remarcadas. Brilla la creciente intención de sumar de a tres aplacando las necesidades imperiosas fortificando la estima aguardando por San Martín de San Juan, esta tarde desde las 17.
El director técnico metió algunos rodeos antes de llegar a la confirmación. Cobijó detalles y recién el último ensayo despejó las incógnitas. Los ingresos de Franco Guibelalde y Matías García en lugar de Marcos Sánchez y Sergio Meza Sánchez fueron las variantes marcadas, nuevamente armando un 4-3-1-2. El equipo: Nereo Champagne; Roberto Salvatierra, Claudio Ferreyra, Nicolás Agorreca, Franco Guibelalde; Santiago Fernández, Federico Lértora, Diego Tonetto; Matías García; Gonzalo Abán y Jonathan Phillippe.
Publicado por Dante Ariel Dufau
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