Locos x el Ascenso

PRIMERA B NACIONAL

River Plate

El Rey Fernando

Cavenaghi rescindió el acuerdo con Inter de Porto Alegre, destrabó por la tarde la salida del Bordeaux y al final, pegará la vuelta a River. Sólo resta la firma, aunque el vínculo tiene el lazo de los genes.

Este es el retrato de la realidad absoluta. Sólo existen las condecoraciones ganadas con el tiempo. Entre la añoranza y el fragor del destino, Fernando Cavenaghi (foto) apresuró el retorno al país haciendo una demostración de amor incondicional. Simpleza pura sin revisar ningún otro detalle, más allá del corazón.

Los sentimientos siempre son complicados de explicar. No hay palabras justas que alcancen para describir con perfección el rotundo golpeteo interno. Aunque muchos todavía no caen, el manto de veracidad comienza a ser estirado de a poco. Son los protagonistas que, en esta escenografía histórica e inesperada, agregan el matiz adecuado a una situación harto complicada. Es que River está inmerso un panorama crítico y no cuenta con chequeras abultadas para reforzar el plantel. Sin embargo, tiene abrochadas dos incorporaciones top por el simple reflejo de la pasión personal.

Repatriar al delantero de 27 años, requerido de otros lugares, hubiera sido algo casi imposible hace meses atrás. Idéntico al trazo dado por Alejandro Domínguez. En cada apertura de mercado es un nombre seductor aunque muy distante de las arcas nacionales. Pero, esta vez, la cuestión muestra sublimes diferencias. No escuchó ninguna otra voz antes de tomar la determinación pactada de palabra.

La operación no tuvo vaivenes en las últimas horas. Debió, inevitablemente, bajar las pretensiones marcadas de antemano. Ese punto de partida fue el inicio de esta gestión acelerada. Cerró la salida de Internacional de Porto Alegre, donde estaba a préstamo, y esta tarde, terminó de resolver la rescisión vincular con Girondins Bordeaux, que tenía el poder de su pase, mediante un intercambio de faxes. No hizo falta armar una ingeniería al costado del camino. El tesoro encontrado enmarca la ligazón del afecto latente.

Publicado por Dante Ariel Dufau