viernes, 13 de mayo de 2016

INFORMACIÓN GENERAL

Profundo dolor
Rodrigo Espíndola, zaguero de Nueva Chicago, fue asesinado en Monte Grande luego de evitar una entradera. Fue operado de urgencia del abdomen aunque no resistió la intervención.

Maldita inseguridad, che. Otra entradera culmina en profunda tristeza. Rodrigo Espíndola (foto), jugador de Nueva Chicago, murió anoche tras ser baleado por delincuentes que quisieron robar en su casa, en Monte Grande. El fútbol otra vez está de luto.
Todo sucedió ayer, cerca de las 21, en la puerta de su casa, que está ubicada en la calle Mitre al 100, casi esquina Dorrego. Allí, fue sorprendido segundos después del arribo, junto a su mujer y a su hijo de seis meses. Ingresó su Renault Clío en el garage y cuando estaba por cerrar el portón, fue abordado por los ladrones.
Espíndola se dio cuenta de la situación y, como estaba su familia quiso evitar que los delincuentes ingresaran. Esa oposición le costó la vida: uno le disparó y escapó con sus cómplices.
El jugador recibió un impacto en el abdomen y cayó herido en la vereda. Su mujer pidio ayudas y varios vecinos salieron a la calle.
“Pedimos la ambulancia, pero nunca llegó al lugar”, relató conmovido un vecino. Dado esto, el zaguero fue trasladado rápidamente en un patrullero al Hospital Santojanni. Entró al quirófano y fue intervenido de urgencia, aunque no superó la operación.
“Ingresó al hospital a las 22:35 con compromiso vascular y hepático. Mientras era intervenido quirúrgicamente entró en paro y se lo tuvo que estabilizar de urgencia”, contó Walter Báez, Jefe de Guardia. Poco después, el jugador murió. Y el dolor quema.

Publicado por Redacción Locos x el Ascenso

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