Almirante Brown

Toda una Locura
Román Díaz discutió con un barra tras el 1-1 ante Defensores de Belgrano, el lunes lo fueron a apretar y con un arma de fuego los espantó. El plantel, custodiado.
Agregar palabras a este episodio suena redundante. Y encontrar comparativos, imposible pese a que los hay. Explicaciones de efectivos policiales, no. Fueron ellos los que el pasado sábado permitieron el ingreso de hinchas de Almirante Brown a la tribuna que solamente debían ocupar simpatizantes de Defensores de Belgrano, más allá de la amistad existente de ambas parcialidades. Cualquier frase, por más mínima que sea, era un aporte que no esclarecía nada. Luego del 1-1, la historia tuvo el primero de sus capítulos, que al parecer todavía no tiene final. Parte de la barra, luciendo sus colores en barrio ajeno y enojada por el desempeño del team, esperó al plantel a pasos del micro. Distancia ínfima. Y entre miradas adustas, hubo gritos de desafío hacia Román Díaz (foto), que respondió sin mirar hacia los costados. Hasta levantó la mano y tiró un golpe. La intervención de sus compañeros logró enfriar la situación, que en segundos tocó el tope máximo. Máxima ebullición. El domingo, pasó. Quedó atrás rápidamente. La apertura de la semana de trabajos escribió la segunda parte de la historia. Según le afirmaron a Locos x el Ascenso, un grupo de barras intentaron ingresar al entrenamiento y fue Blas Armando Giunta quien no permitió que esto sucediera. Tensa espera. Varios alertaron que proseguían en las cercanías. Una vez que la práctica culminó fueron por el enganche que sacó un arma de fuego, que generó la dispersión. Está claro que en parte esto excede al club. La otra mitad, es responsabilidad de las autoridades que reforzaron la seguridad para que el plantel, de alguna manera, pueda trabajar como debería. “No es fácil tener que estar en estas circunstancias. Uno está más pensando en lo que puede pasar afuera que en lo que tendría que hacer”, le confesó uno de los jugadores a Locos x el Ascenso. Las relaciones parecen cortadas. Subdivididas. Y mientras los premios sean más fuertes que los castigos, esta cuestión seguirá, lamentablemente, hasta la eternidad.Foto gentileza www.alte-brown.blogspot.com
Publicado por Dante Ariel Dufau
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