miércoles, 19 de marzo de 2008

VIOLENCIA EN EL FUTBOL

No nos importa nada
Emanuel Alvarez ya se había ido. A esa altura su cuerpo descansaba en una camilla del Hospital Piñero, no tan fría como la sangre de su asesino, que lo mató por llevar la camiseta de su Vélez querido. Y la maldita fiesta tuvo que continuar en el resto de los estadios como si nada hubiese sucedido. No fue así en la cancha de San Lorenzo ya que la gente del Fortín hizo suspender el partido porque una persona había muerto. Sí, una persona, no un número más. Aunque la estadística marque que ya fueron sepultados 178 cuerpos por culpa de la irracionalidad, de la estupidez que habla del sentimiento a una camiseta y luego se olvida de los sentimientos. Mata por matar. La vida está sobre todo. No les importó a los delincuentes disfrazados de hinchas de Boca que se enfrentaron en Casa Amarilla cuando ni un día había pasado de la muerte de Emanuel. Tampoco les importó a los violentos que hirieron a una nena en Mendoza. Menos a los políticos, que tiraron la bola para otro lado y tuvieron la caradurez de decir que no fue algo del fútbol. Fue en una caravana que iba a un partido de fútbol, se acusa a miembros de otras hinchadas, ¿cómo no va a ser algo relacionado con el fútbol? ¿Tiene que detonarse un estadio para que sí sea algo futbolístico? Fue otra muerte absurda, una nueva víctima de la estupidez que vivimos día a día. Dejar a unos padres sin su hijo, sin razón alguna, es una estupidez. Acá y en otra vida. Siempre lo será, como mirar para otro lado. Sólo hay una certeza: no nos importa nada.

Publicado por Fernando Lapispico

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