domingo, 2 de marzo de 2008

PRIMERA D
Deportivo Paraguayo


Se fracturó Gabriel Conde

Ayer por la tarde, hubo algo más negro que el cielo y más escalofriante que la incesante lluvia. Es que el 6 de Deportivo Paraguayo, Gabriel Conde, sufrió la lesión a la que todos le temen.

Apenas comenzado el encuentro, un golpe en la cabeza le anticipaba a Gabi la mala tarde que iba a tener y de la que se querrá olvidar muy pronto. A los 25 minutos, la pelota era disputada cerca del medio de la cancha. La lluvia, el mal estado del campo, la imprudencia de los jugadores o la falta de decisión del árbitro Yamil Possi, desencadenaron en una serie de auténticas patadas. La peor parte se la llevó el defensor que recibió una dura infracción de Darío Biglieri que ni siquiera fue expulsado. Fractura expuesta de tibia y peroné fue la primera noticia en llegar desde el Polo Sanitario, lugar donde fue trasladado el jugador luego de esperar más de 40 minutos a que llegue una ambulancia. Si, el jugador aguardó acostado en su camilla lleno de dolor más de media hora ante la desesperación de todos. El presidente de Muñiz, Marcelo Markic anunció: “Había una ambulancia en el estadio pero que por un inconveniente se había retirado, todos decían que estaban en camino pero ninguno venía, es una vergüenza”. Él, se encargó de llamar incansablemente a diversos centros médicos pero nadie llegaba a socorrer al futbolista. Las personas que se acercaron intentaron moverlo por sus medios pero el dolor lo impedía. Finalmente, llegó una ambulancia que trasladó al herido hacia el Centro de alta complejidad acompañado por el presidente de Paraguayo y un compañero. El partido se siguió disputando pero nada fue igual, a pesar del empate agónico de su equipo, la gente del visitante no perdonó a ninguno y se descargó insultando al árbitro, a todos los jugadores del Rayo Rojo y amenazó con denunciar a la institución que hizo de local esta tarde en Polvorines. “Es lo peor, lo lamentamos mucho y esperemos que todo salga bien” dijo Luís González, técnico del equipo Guaraní, que trató de no comentarle nada de la lesión a los compañeros de Gabriel pero la sangre hablaba por si sola. Surgirán miles de preguntas a partir de lo ocurrido pero ninguna explicación convencerá. La larga espera podría haber terminado en una tragedia si la lesión del jugador era de una índole más peligrosa. Quizás, solo falta que ocurra para que se empiecen a hacer las cosas bien en el fútbol Argentino.

Publicado por Fernando Godoy

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