sábado, 29 de diciembre de 2007

A TRES AÑOS DE LA TRAGEDIA

“Lo mejor de mi carrera fue no haber entrado a Cromañón”
En exclusiva para Locos x el Ascenso, Hernán Luzzi fue protagonista de aquella noche. “Soy Católico, creo en Dios y él es quien juzgará a cada uno”,
confesó.

El tiempo pasó. Dejó huellas. Marcas que no sanarán. No tienen remedio alguno. 194 personas ya no están. Que fueron a ver a Callejeros. En otros casos, a despedir el año. Pero el 30 de diciembre de 2004, late. “Mucho griterío, desesperación. La gente corría buscando a sus familiares, sus amigos. El humo penetró, fue un descontrol. De pronto, a los 10´ minutos, calma. Los gritos cesaron, pedidos de auxilio y otros que les costaba respirar. Fue muy feo, tengo muchas imágenes ayudando gente, llevándolas hacia las camillas”, contó Hernán Luzzi. El relato “parece una película pero lamentablemente es verdad” y “el recuerdo, que jamás olvidaré, es que con un amigo llevamos en una valla a una chica que no conocía y con dificultad, nos pidió ayuda. Todos hacían lo que podían en ese momento, hablaba muy despacio. Le dijimos a doctora que la revisara, la tocó y nos pregunto si era algo nuestro. La respuesta fue que no. Y nos respondió déjenla acá, murió”, relató. “No dudé. Le dije a mis amigos, vamos. No aguanté que se muera una persona delante mío. Es una cara que no me la voy a sacar más de mi cabeza”, dijo. La historia que nadie imaginó. Esa que es complicada de contar. De ponerle palabras a lo que está dicho. Los sentimientos de mezclaron. Se fundieron hasta unificarse. El dolor. La impotencia. El saber de lo irremediable. La perpetuidad de esa noche. Todo cambió. Es por eso, que el jugador de General Lamadrid no perdió un segundo en la charla y describió: “Lo que me pasó es muy fuerte, las ambulancias estaban a una cuadra, había mucha gente para atender. No podían entrar por los chicos que permanecían tirados en la vereda o en la calle”. No es cine. Es la cruel realidad. La tragedia invadió Cromañón, habilitado para 1.100 personas, sin embargo aquel día habían cerca de 4 mil. Responsables sobran pero “soy Católico, creo en Dios y él es quien tiene las respuestas, el que juzgará y dictará que merece cada uno”, afirmó. Los matices tienen un rumbo cierto. El destino pareció tocarle la espalda. Al oído, le dijo no entres. Como ante cualquier otro recital, caminaban rápido para estar presentes. Aunque “por suerte la mayoría de los que fuimos no entramos. Los que sí, se pusieron al costado de la barra y uno, que tenía un problema en la rodilla, a pasos de la puerta. Pudieron salir, por suerte no les pasó nada”, asumió Luzzi. Su memoria pareció no olvidar escenas. Datos. Las fotos permanecen intactas, tras 1095 días. Con 27 años y mucho más reflexivo, Hernán Luzzi no tuvo en reparos en estampar su firma y mencionó: “Estaba a un paso de ingresar, siempre fui a ver a Callejeros. Los dos días anteriores que tocaron, fui. Mi actual novia, que en ese momento estábamos peleados, me llamó. No había motivo cierto para que lo hiciera, como la escuchaba me alejé. El patovica que me iba hacer entrar no estaba, esperé que el recital empezara. La gente saltó los molinetes, al no haber custodia nos metimos y la misma gente me sacó afuera”. La pregunta sobre si sigue escuchando Callejeros no podía faltar y fue contundente: “Me costó mucho volver a escucharlos. No me hacía bien, me traía recuerdos que no eran agradables, así que preferí no escucharlo. Ahora tampoco, pero antes era una enfermedad porque en cualquier lugar los escuchaba”. Todo lo condujo a no estar adentro. El destino lo ayudó. Le tendió su mano. La redonda se hizo a un lado. En su esplendor como jugador “el no haber entrado a Cromañón fue lo mejor de mi carrera”, afirmó. Esta tragedia es una herida que no cerró. Todavía sigue sangrando. La memoria de los jóvenes es inalterable. Muchos de los cuales no conocían el amor. Pero de repente, no están. Por eso, el mejor recuerdo es el no olvidar.

Publicado por Dante Ariel Dufau

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