lunes, 12 de septiembre de 2011

PRIMERA B NACIONAL
River Plate 2 2 Defensa y Justicia



Noche de resurrección
Funes Mori bendijo el invicto sobre la hora, salvó a un River Plate inconexo y gritó un gol tras un año repleto de hostilidades y sufrimientos. Revivió para desahogarse.

Qué le sucede, cuántas cosas distintas deben pasar por su cabeza, cómo es que no sigue festejando entre la soledad y el hiriente silencio del imponente Nuevo Gasómetro. Estremece el alarido arrancado del alma. Segundos de éxtasis. Recuerdos cruentos. Y la mágica sensación de felicidad. A cualquier mortal le provocaría un estallido emocional pero a Rogelio Funes Mori no. El pibe de los 15 millones de euros y los mentados “200 pesos” que el papá tasó el pase luego de la frustrada venta al Viejo Continente. Es el mismo que no viajó al Mundial Sub 20 por razones médicas no especificadas con certezas. Ese chico hostigado por los hinchas con silbidos y amenazado por indignas pintadas en el frente de la casa. Y el dueño de la agónica redención cuando la nadie creía posible. No exageró en los más mínimo. Exteriorizó cada uno de los sentimientos clavados sobre la piel. No venía bien, pero puso el pecho. Pocos, casi nadie, recordará la amarilla por sacarse la camiseta en el festejo. El último centro fue el esperado momento para provocar la explosión interna y anímica a un año del anterior festejo. Una noche metió la cabeza y fue fundamental para que River Plate mantuviera el invicto y salvara un punto enorme.
Tal vez en el aspecto pragmático es apenas el empate estampado en la chapa. No faltarán voces contrarias. Sin embargo, esta vez, terminó siendo algo más. Pudo haber sido un resultado negativo. Estuvo muy cerca de serlo, aunque en la planilla de partidos la recepción a Defensa y Justicia no aparecía dentro de las más complejas. Pero Ricardo Rodríguez, un estudioso en la materia, supo armar una estructura sólida en el mediocampo y rápida de mente. El hecho que Matías Díaz trabajara a las espaldas de Domingo y Aguirre fue la apuesta ganadora. Perfecta y saludable aunque conocida.
Quizás el ser consciente de que los tropiezos pueden aparecer en este largo camino abra otra mirada. Antes de comenzar el campeonato, River Plate focalizó la mirada en el inmediato retorno a la elite. Parece que una derrota no lo bajará de la lucha. Menos la igualdad atrapada sobre la chicharra. Porque todavía late la absortes, más allá de la validez de los sueños creados.

FORMACIONES
River Plate (2):
1.Leandro Chichizola; 4.Luciano Vella, 2.Agustín Alayes, 6.Jonatan Maidana, 3.Juan Manuel Díaz; 8.Carlos Sánchez, 5.Nicolás Domingo, 7.Martín Aguirre, 11.Lucas Ocampos; 10.Alejandro Domínguez y 9.Fernando Cavenaghi.
DT: Matías Jesús Almeyda.
Suplentes: Gonzalo Marinelli, Carlos Arano, Alexis Ferrero y Cristian Ledesma.

Cambios: 12'ST Rogelio Funes Mori x Alejandro Domínguez
17'ST Andrés Ríos x Martín Aguirre
33'ST César González x Nicolás Domingo

Defensa y Justicia (2): 1.Martín Perafán; 4.Pablo Aguilar, 2.Rolando García Guerreño, 6.Franco Lazzaroni, 3.Martín Guarino; 8.Carlos Rearte, 5.Luis Jerez Silva, 7.Matías Díaz; 10.Gonzalo Bustamante; 11.Leandro Fernández y 9.Víctor Piriz Alvez.
DT: Ricardo Rodríguez.
Suplentes: Carlos Bossio, Luciano Goux, Emmanuel Ledesma y Rolando David Zárate.

Cambios: 26'ST Marcelo Ricci x Carlos Rearte
26'ST Facundo Silva x Gonzalo Bustamante
36'ST Pedro Irala Vergara x Víctor Píriz Álvez

Goles: 33'PT Fernando Cavenaghi (RP), 40'PT y 13'ST Víctor Piriz Álvez (DyJ), y 44'ST Rogelio Funes Mori (RP).

Amonestados: 39'PT Martín Guarino (DyJ), 43'PT Alejandro Domínguez (RP), 22'ST Agustín Alayes (RP), 31'ST Luis Jerez Silva (DyJ) y 45'ST Rogelio Funes Mori (RP).

Expulsados: No hubo.

Incidencias: No hubo.

La figura: Víctor Piriz Álvez (DyJ).

Árbitro: Germán Delfino (Bien).

Asistentes: Horacio Herrera - Andrés Barbieri.

Cuarto Árbitro: Pablo Dóvalo.

Detalle: El partido se jugó a puertas cerradas.

Estadio: Pedro Bidegain -San Lorenzo, River Plate local-.

Campo de juego: Muy bueno.

Hora de comienzo: 19:14 horas.

Foto gentileza Télam
Publicado por Dante Ariel Dufau

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