Lección de historia
Sarmiento tuvo entereza e ímpetu, pero Estudiantes lo venció por 2-1 sobre la hora en Santa Fe y accedió a los 16avos de la Copa.
Si en la previa al comienzo del pleito cada hinchada mostraba un duelo parejo en cantidad de gente y banderas, el partido tampoco dejó la sensación de estar frente a un choque con diferencias de categorías. Es algo que suele suceder en la Copa Argentina, se sabe. Pero no hay forma de que los jugadores de Sarmiento no terminaran envueltos en las inexorables lágrimas de la inmensa desazón. Entre eso y la esquirla de la derrota, la paridad fue real y clara.
El Profe supo cómo contrarrestar el punto más fuerte del Pincha. A sabiendas que sin algunos de sus habituales titulares, la tarea estuvo en neutralizar lo que pudieran generar Edwin Cetré y Alexis Manyoma desde los costados: para eso, Pablo Martel delineó dos líneas de cuatro que mordieran de punta a punta los andariveles.
Sin embargo, fue en una de esas mínimas oportunidades, ese pestañeo que no debe darse, que Joaquín Tobio Burgos fijó esa ventaja madurada de repente. Porque se encontró con una chance de enorme valía y sacó provechó del plausible descuido defensivo.
El transcurso de los minutos fue arrimando una dosis de oxígeno. Entonces, Sarmiento rompió el libreto y activó un plan de mayor tenencia en el complemento. Pudo quebrar la endeble oposición de un oponente dubitativo y dejar a Axel Ochoa en posición ideal para hacer lo que tanto le gusta: entrar al área y castigar. Fino, 1-1 y delirio.
El efecto del estallido arrimó tranquilidad y, encima, Cetré ayudó con una infantil expulsión. Lo que también reavivó fue el fuego sagrado del León, que se volvió a encender con la incertidumbre del epílogo. Así, empujando sin ingenio, Fabricio Pérez encontró un rebote y acertó con el toque certero. Estudiantes no descolló, pero cumplió y tuvo su receta. Y, después de todo, esa imagen de partido cerrado del final termina siendo la daga para un Sarmiento descorazonado.
Publicado por Corresponsal (Santa Fe)
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