lunes, 22 de diciembre de 2025

PRIMERA B
Deportivo Armenio 1 1 Acassuso

Acá estoy yo
Acassuso llegó al milagro: ganaba desde temprano, Armenio empató y lo arrinconó, pero aguantó estoico para escalar a la PN.

De repente, lo que tanto se parece a un paraíso, dibujado durante tantas noches de descanso, se puede convertir en un infierno por un instante. Aquel grito desaforado de Escalante colorea el lindo paisaje desde el inicio. Matices inconfundibles que resplandecen en Ingeniero Maschwitz. Pero la tarde ofrece un cambio enérgico, tan cruel que el escalofrío tiene sentido. Un centro llega desde la derecha, la pelota vuela y el cabezazo de Troxler transforma el escenario.  Hace el gol que cambia casi todo, al menos en la apariencia: en pleno complemento, Armenio se mete en match. Pero el 1-1 vital, al cabo, termina significando eso. A pesar de los reiterados embates, el Quemero camina transpirado, extenuado, rumbo a la frontera del enorme deseo, ahí, directo a la Primera Nacional.
De todos modos, más allá del conocido desenlace, hay otra verdad que revela el campo de juego: Acassuso se parece a un equipo convencido y entusiasta. No brilla, pero agota sus fibras. Duda en defensa, aunque Tursi sostiene con seguridad. No es contundente en el área ajena e igual disfruta de las mieles del sacrificio.
Acassuso lo pudo haber noqueado, pero le faltó esa condición de boxeador que liquida con dos estocadas. Servía la igualdad, tuvo una chance inmejorable para arrimarse a la meta. Scacchi corrió en soledad, mientras López lo esperó. Entonces, resolvió mal, muy mal. Y la pelota se fue desviada, al costado del palo izquierdo.
Parece mentira pero es real: Acassuso junta defensores y no logra construir una muralla ni ofrece tanta resistencia. Aguanta, sufre en el golpeteo del reloj. El modo en el que sostiene el score en una perfecta demostración de que existe un esmero colectivo en la búsqueda del sueño. El grito final, ese abrazo cargado de desahogo, resulta una oportuna caricia del ímpetu. Ese mismo néctar que consigue que la pretensión del ascenso genere un latido de emoción.

Publicado por Dante Ariel Dufau

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