Gimnasia 1 0 Independiente Rivadavia
Lobo, siempre está
Gimnasia festeja, delira y sueña. Una perla de Solari le bastó para ganarle a Independiente Rivadavia y meterse en semis.
El Víctor Legrotaglie es una fiesta. Esta vez no hay reproches hacia Luca Marcogiuseppe. Su estilo defensivo se transformó en uno inteligente. Esta definición excede al Lobo. Cuando los resultados son los deseados, a un planteo algo mezquino se lo mira con otros ojos. Hasta se lo entiende. Si nada sale, padece los síntomas de los cuestionamientos despiadados. Gimnasia superó a Independiente Rivadavia con una premisa subrayada: desconectar los circuitos futbolísticos de la Lepra y crecer de golpe.
La teoría quedó exhibida de entrada. Palacio, Luna y Ambrogio no debían triangular en la zona media. Villarreal tenía que ser la muralla. Y Quiroga debía quedar aislado. Lo logró el dueño de casa durante toda la tarde. Y le alcanzó, pese a la palidez de su trazo.
Si bien Independiente peleó sin claridad hasta el final y se fue con la cabeza en alto, la victoria terminó siendo merecida por Gimnasia. Sí, en definitiva, casi todo el pleito pudo ejecutar su plan, llegó al gol y logró cuidarla para largar un estruendoso aullido.
En un momento cumbre y aferrado a la resplandeciente ilusión que Gimnasia emana, abrazarse a los deseos no es poca cosa. Por eso el festejo energiza los sentidos, mientras crece la dulce expectativa.
Foto Mariana Villa -Los Andes-
Publicado por Corresponsal (Mendoza)
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